El entrenamiento pasivo es un componente de mi planificacion fundamental. El reto de volver a ejercitar mi cuerpo de manera constante buscando ritmos de competicion tras casi siete años de total inactividad exige tener en cuenta la importancia de este concepto y realizar actuaciones al efecto.
El baño con alternancia de agua caliente y fria, es una tecnica muy conocida para favorecer la entrada de nutrientes y fibras a la zona tratada. Ademas mejora la evacuacion de desechos generados por pequeñas lesiones y la recuperacion de tejidos siendo muy famosa en el tratamiento de articulaciones.
Particularmente, a diario en la ducha, realizo un pequeñisimo baño de contraste alternando agua caliente a 42º aproximadamente con agua fria a temperatura ambiente en rafagas de treinta segundos.
Tras el entrenamiento de carrera y bicicleta, dos minutos por pierna. En la piscina indistintamente sobre espalda, hombros y pecho. Siempre empezando por caliente y terminando con fria, sea verano o invierno.
La sensacion de alivio es muy agradable con un sencillo gesto. Un gesto diario que muchos recomiendan ampliar cada ciertas semanas con circuitos de spa de mayor intensidad.
Por el momento, debo conformarme con la ducha y unos pocos minutos.